La sensibilidad dental es una condición común en la que uno experimenta desde un dolor agudo a una simple molestia en los dientes al consumir alimentos o bebidas fríos, calientes, dulces o ácidos.
Depende del país, afecta del 25% al 35% de la población y puede tener importantes repercusiones en quien lo padece.
La sensibilidad dental se produce cuando la dentina queda expuesta o bien porque el esmalte se desgasta (como en el caso de una caries) o porque la encía se reduce (en una enfermedad de las encías) y queda la raíz expuesta. La dentina contiene pequeños tubos que conectan directamente con los nervios y las raíces de los dientes, por lo que la exposición puede causar dolor y sensibilidad.
Las causas son varias, van desde una limpieza bucal deficiente, al bruxismo, bebidas o dietas ácidas o enfermedades que cursan ácidos en la boca (úlcera gástrica, anorexia, bulimia, ...).
Es importante consultar a un dentista si experimenta sensibilidad dental constante o dolor en los dientes. Ellos pueden determinar la causa subyacente y recomendar el tratamiento adecuado.
Pero no hay que olvidar lavarse los dientes al menos dos veces al día con un cepillo suave y una pasta de dientes desensibilizante y con flúor, frotando con movimientos suaves. Se aconseja aplicar directamente la pasta en la parte afectada y hacer un pequeño masaje durante unos segundos para mayor efectividad.
Tampoco hay que olvidad el uso del hilo dental que ayude a sacar cualquier resto de la boca. Cuanto más limpia, menor sensibilidad.
Por último, hay que tener cuidado con lo que se come y se bebe. Los ácidos, cítricos, bebidas carbonatadas o vino, pueden erosionar poco a poco el esmalte dental. Inmediatamente después si no te puedes lavar los dientes hay que beber agua para equilibrar los niveles de ácidos en la boca.